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15/1/08

El "Corazón fantasma" y el futuro de los trasplantes

En el mundo desarrollado, donde la mayor parte de las enfermedades infecciosas, gran problema del resto del planeta (aunque eso parece que nos la rebufa...), están bajo control, nuestros esfuerzos investigadores se dirigen hacia otros problemas que emergen en ausencia de éstas. Uno de los focos más importantes se situa en el campo de los trasplantes de órganos (uno de los hábitos más comunes de los "civilizados" es intoxicar los propios órganos con alcohol tabaco y grasa 100% pura con sal por encima y después póngame sacarina, que me he pasado...)

Mientras en el caso de otros órganos, como el hígado, las capacidades de regeneración del propio tejido dan la esperanza de utilizar células sanas del propio órgano del paciente, en el caso del corazón, esta posibilidad queda prácticamente descartada: el corazón tiene una pésima capacidad autoregenerativa (al menos físicamente, porque ¿a quién no le han roto alguna vez el corazón, y aún está por aquí pululando? Vale, chiste malo...).

Pero he aquí que, entre todas las alternativas posibles empleadas hasta ahora, con mejores o peores resultados, aparece en el horizonte una nueva, que se publica hoy en Nature Medicine, y que algunos han bautizado como "corazón fantasma"... ¿En qué consiste?

Para empezar, dejemos claro que la cosa por ahora se ha hecho en ratas y ha dado resultados esperanzadores, pero no operativos. ¿Ya sabéis lo que eso significa? ¿No? Yo os lo explico: que igual no se consiguen resultados mejores que estos en las propias ratas, que igual no se consiguen resultados parecidos en humanos, que igual vete a saber qué puede llegar a pasar en el larguísimo camino que separa una experiencia in vitro de una in vivo. Dicho esto, una vez puestos los pies en el suelo, veamos lo que han hecho Doris Taylor y sus colaboradores de la Universidad de Minnesota.

Partiendo del corazón de una rata, le han eliminado todas las células mediante detergentes (no penséis en el ajax pino o el dixan, aunque la cosa tiene unos efectos similares...) y se le ha dejado solo la estructura básica (osea, el andamio sobre el cual estaban las células) formada por fibras y otras sustancias no celulares. Esto es lo que algunos han llamado un "corazón fantasma". Sobre este andamio, o "corazón fantasma" se inyectaron células que provenían del corazón de una rata recién nacida y que, a pesar de no ser células madre, sí que tienen la capacidad de diversificarse en todos los tipos de célula que encontramos en el corazón del adulto.


Conseguiremos hacer andamios para el corazón? De Flickr


Pues bien, los resultados obtenidos han sido que, en la estructura del andamio de la rata adulta, las células introducidas formaron una estructura de tejido que, al cabo de un tiempo empezó a latir y a presentar el comportamiento de un corazón normal. No obstante, y como os decíamos antes, los resultados de momento son sólo esperanzadores, ya que si bien el tejido latía, el latido era mínimo respecto al que requeriría un corazón funcional normal (en este sentido se habla de la necesidad de más tiempo y/o introducción de más cantidad de células)

En el caso de que esta técnica se perfeccionase en su modelo para ratas, se podría comenzar a plantear la posibilidad de seguir el mismo camino en humanos, introduciendo células madre en un corazón fantasma adecuado para humanos. Los primeros candidatos para ejercer de andamio cardíaco humano ya se empiezan a apuntar: corazones obtenidos de cadáveres humanos, andamios artificiales, i incluso, el andamio del corazón del animal con el sistema circulatorio más parecido al de los humanos (y no es ninguna broma): EL CERDO.

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