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30/7/08

"Krilling" me softly

Bien, como podéis ver, últimamente tenemos una pequeña obsesión con el tema del frío i el antàrtico (creedme, si vivieseis en mi casa sin aire acondicionado, vosotros tambien hablarías del polo sur...).
Pues hoy, como no, seguiré la misma corriente, aunque me alejaré un poco del trabajo descriptivo de Salva (muy bien hecho, por cierto!) y meteré la nariz (pero solo un poco, fuera a ser que cogiese una hipotermia. Dios mío, que alguien me pare con el tema de los chistes malos: primero digo que Salva ha hecho un buen trabajo y ahora esto...). Biens, como os decía, os daré una pinceladas sobre un aspecto que quizá escapa a muchas personas: El ecosistema oceánico de la Antártida y el grave problema que lo amenaza.

Nuestra sensación inicial es que la Antártida es un lugar inhóspito y desabitado. Esto es cierto especialmente cuando pensamos en nuestra capacidad para vivir allí. no obstante, la vida florece alrededor de la costa de la Antártida, y sabéis quien se encuentra en la base de toda esta abundancia? Pues bien, ni más ni menos que un puñado de pequeños crustaceo que asimilamos bajo el nombre de krill.
Krill es una palabra de origen noruego que significa, literalmente, "comida para ballenas", y aunque estos gigantes del amr son sus más famosos gourmets, muchos peces se nutren de él. Ya sé que sois muy listos, y que sabéis que donde hay peces hay pajaritos y peces más grandes que se los comen, verdad? Eso que llamamos "cadenas tróficas": osea, una cadena de seres vivos que se relacionan entre si porque unos se comen a los otros.

He aquí el famoso krill... De Flickr

¿Y qué pasaría si uno de los escalones de esta cadena fallase? És decir ¿qué pasaría si la cantidad de krill bajase de manera dramática? Óbviamente, los organismos que lo comen también verían su población reducida, i sus predadores se verían, a su vez, afectados... Una especie de efecto dominó ecológico que seguro habéis visto explicado en qualquier documental sobre ecología.

Pues eso que os he presentado como una hipótesis está pasando realmente: la producción de krill en la región antártica se ha reducido en un 80% en los últimos 30 años. ¿Sabéis de quien es la culpa? De la falta de hielo...

El hielo que se forma en el océano que envuelve la Antártida (que, no lo olvidéis, es un continente de tierra firme al contrario que su equivalente del norte, formado únicamente por hielo) contribuye al afloramiento de aguas profundas, muy cargadas de nutrientes, que provocan esta excepcional producción de krill (la abundancia de materiales nutritivos permite que los pequeños crustáceos que forman el krill se reproduzcan de forma extraordinaria).

Desafortunadamente, a consecuencia del aumento de las temperaturas mínimas invernales en el antártico, este hielo tarda mucho más en formarse, y su efecto benéfico sobre el aumento de nutrientes en las aguas que circundan el polo sur ha desaparecido pràcticamente, alterando de forma ostensible (un 80% menos, como os decía) la producción de krill y, en consecuencia, la de todos los organismos que dependían de él de forma directa o indirecta.

Bueno, ya veis que la cosa continua sin pintar bien cada vez que hablamos de ecología...

Y para acabar de deprimiros os diré que, encima, algunos imbéciles han decidido descubrir a la gente las "bondades" del krill como alimento/condimento para la especie humana...

Vale, el próximo día prometo hablar de algo más alegre: es que no tengo aire acondicionado...

1 comentario:

Salva dijo...

Por si hay alguien que aún no está convencido del cambio climático (en especial de las temperaturas) os remito a un link visto en Sopa de Ciencias.