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6/2/08

El poder del inconsciente

Según las teorías de Freud, las motivaciones humanas, tanto el miedo como el deseo, son totalmente ajenas a nuestra consciencia. Freud intentó dar al término inconsciente un estatus científico. Sin embargo, sus ideas no eran más que eso y, a pesar de que tuvieron un enorme impacto en la sociedad, lo cierto es que no existía ninguna manera de demostrar la existencia de ese inconsciente del que tanto hablaba.

Sin embargo, el desarrollo de técnicas como la neuroimagen funcional (o tomografía por emisión de positrones) nos permiten hoy día trabajar con el cerebro en funcionamiento y observar qué partes de nuestro cerebro se activan frente a determinados estímulos. ¿Es posible utilizar esta técnica para demostrar la existencia del inconsciente?


Según la teoría del psicoanálisis, nuestro inconsciente o subconsciente nos hace interpretar esta imagen de distintas formas (De Flickr)

Pues parece ser que sí. O si no algo parecido ha hecho un grupo de investigadores estadounidense en un trabajo publicado el pasado mes de enero en PLoS. En este trabajo estudian si estímulos que pasan desapercibidos a nuestra consciencia son capaces de desencadenar los mecanismos de recompensa que producen estímulos captados conscientemente. Los mecanismos de recompensa no son más que una respuesta adaptativa de nuestro cerebro para favorecer aquellos comportamientos que son beneficiosos para nuestra supervivencia. Es por ese motivo que actividades cotidianas como comer o el sexo nos resultan placenteras. En los mecanismos de recompensa están implicadas distintas regiones de nuestro cerebro, especialmente el sistema límbico. Por tanto, la actividad en determinadas regiones del sistema límbico se asocia con la activación de los mecanismos de recompensa.

En cuanto al estudio publicado, el objetivo de los investigadores era comprobar si existe alguna diferencia en la activación de los mecanismos de recompensa entre la respuesta a los estímulos conscientes y la respuesta a los estímulos inconscientes. Para estudiarlo utilizaron a un grupo de personas a quienes les mostraron una serie de imágenes de forma secuencial durante el tiempo suficiente para ser captadas de forma consciente (467 milisegundos). Entre esas imágenes se mostraban durante un tiempo muy breve (33 milisegundos), otras imágenes con algún tipo de estímulo de tipo sexual, relacionado con drogas, desagradable o neutro. Estas últimas imágenes no fueron captadas conscientemente por los individuos, es decir, ninguno de ellos era consciente de haberlas visto. Al mismo tiempo que los individuos observaban las imágenes, eran sometidos a las técnicas de neuroimagen funcional para comprobar qué zonas del cerebro se activaban durante el proceso.

De forma sorprendente, observaron que, salvando algunas distancias, esos estímulos inconscientes activaban las mismas zonas cerebrales relacionadas con los circuitos de recompensa que los estímulos conscientes. Esto implica que nuestro sistema límbico es capaz de desencadenar una respuesta emocional inconsciente e inmediata frente a estímulos de distinto tipo.

Dado que el fenómeno de la adicción está relacionado directamente con los mecanismos cerebrales de recompensa, este descubrimiento puede tener una gran repercusión clínica. Puede ayudar a comprender mejor los casos de individuos afectados de adicciones crónicas.

La verdad es que asusta descubrir que imágenes que ni siquiera percibimos conscientemente son capaces de provocar en nosotros respuestas emocionales. Supongo que todo el mundo ya ha oído hablar de la publicidad subliminal. Yo no me la quería creer, pero después de esto… Ay, si Freud levantara la cabeza…

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