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27/2/08

Otra razón más para luchar contra la obesidad

Por regla general casi todo el mundo asocia la obesidad con la aparición de otras alteraciones como los problemas cardiovasculares, algunas alteraciones endocrinas como la diabetes de tipo II y la apnea del sueño (aquí). Para agravar aún más la precaria salud de los obesos, ya hace tiempo que también se asocia este problema con un deterioro de las capacidades cognitivas. Si es que en perro flaco todo son pulgas. Perdonad el chiste fácil.

Todavía se desconoce el mecanismo que relaciona la obesidad con los deterioros cognitivos aunque algunos estudios apuntan a que un nivel elevado de triglicéridos en la sangre, rasgo típico de los obesos, puede ser una posible causa. Lo cierto es que algunos estudios han mostrado una correlación entre la pérdida de funciones cognitivas mientras que otros han dado el resultado contrario. El debate está servido.

Una investigación publicada este mismo mes en la revista Endocrinology aporta las primeras evidencias para demostrar la relación entre los triglicéridos y los deterioros cognitivos. Salvando las distancias con los seres humanos, por supuesto, ya que el estudio se realizó con ratones.

Para realizar este estudio utilizaron ratones obesos inducidos a desarrollar obesidad a través de una dieta rica en grasas junto con un grupo control de ratones normales. A estos dos grupos los sometieron a una serie de ejercicios para demostrar su capacidad de aprendizaje. Los resultados de estas primeras pruebas demostraron que los ratones obesos tenían problemas de aprendizaje respecto a los ratones normales. A continuación trataron a los ratones obesos con un fármaco, el gemfibrozilo, que redujo los niveles de triglicéridos en la sangre de los animales y su comportamiento en las pruebas de aprendizaje mejoró significativamente. Para demostrar aún más su hipótesis, inyectaron a los ratones normales un triglicérido, la trioleína, directamente en el cerebro y, como consecuencia, observaron que las habilidades para aprender de estos animales empeoraron.

Sin embargo, todavía faltaría esclarecer qué efecto ejercen los triglicéridos en el cerebro para empeorar la capacidad de aprendizaje. Un mecanismo que proponen los autores está relacionado con un fenómeno denominado potenciación a largo plazo. La potenciación a largo plazo es un reflejo de la plasticidad neuronal, es decir, la capacidad que tienen nuestras neuronas de establecer nuevas conexiones con otras neuronas. La plasticidad neuronal es indispensable en los procesos de memoria y aprendizaje. Los autores también diseñaron un experimento para estudiar la potenciación a largo plazo y observaron que se producía una pérdida de esa capacidad asociada a niveles elevados de triglicéridos.

Falta todavía realizar más estudios que corroboren estos resultados, no obstante, si algo está claro es que existe otro motivo más para luchar contra la obesidad, una de las peores pandemias a las que se enfrenta el mundo desarrollado.

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