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7/9/08

Demoníaca evolución


Hay una revista excepcional, Science et vie Junior, donde he leído una noticia en la que se hablaba de los demonios de Tasmania, una especie amenazada por un cáncer especialmente peligroso, que afecta a la cara de estos animalillos. Este cácer tiene un índice de mortalidad muy elevado ya que al afectar la cara impide al animal que lo presenta comer con normalidad, muriendo de inanición. El artículo del Science et Vie es muy corto (una esquina de una sola página), pero una cosa lleva a la otra y, al final, me he emocionado con esta historia de sufrimiento y adaptación conductual en vivo y directo.

¿Qué causa este cáncer? ¿Por qué es tan extremadamente contagioso? En un principio se pensó que era debido a un virus, como el famosos cáncer de cuello de útero. Más adelante se postuló que serían toxinas ambientales las que provocarían esta enfermedad. Al final, se ha encontrado al verdadero culpable. Parece ser que son las propias células cancerígenas las que se propagan de animal en animal. Este hecho se puso de manifiesto cuando se analizaron las células cancerigenas de un animal que presentaba una alteración cromosómica. Si las células tumorales fueran suyas, deberían presentar esta alteración. Pues bien, las células del tumor que le causaron la muerte, no presentaban esta alteración, así que no eran suyas.

En el artículo que os comentaba del Science et Vie, la noticia no era ninguna de estas, la noticia era que se había detectado un cambio en la conducta reproductiva de las hembras de esta especie. Ya no tenían su primera camada a los dos o tres años, edad a la que no llegaban por causa del cáncer, ahora la presentaban al años escaso, lo que les permitía reproducirse antes de presentar la enfermedad y ser capaces de alimentar y cuidar a sus crias. Con este cambio de comportamiento se hace frente a la "muerte" de la especie.

Pero, ¿cómo "saben" las hembras del demonio que tienen que tener las crías antes? ¿Qué mecanismo de supervivencia de la especie o de los "genes egoístas" se pone en marcha? Hay tantas preguntas y tantas posibles respuestas... y es que la vida (y su evolución) nunca dejarán de sorprendernos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Este artículo me ha hecho pensar. ¿No se ha dicho siempre que el cancer no se contagia? Y por que este tipo sí.
¿No hay cancer en los seres humanos que se contagien?
Saludos.

Salva dijo...

La transmisión de las células cancerígenas se consideraba, en un principio, imposible ya que serían detectadas como un elemento invasor por el sistema inmunitario del "receptor".

Sin embargo, el año 2006 se describió un cáncer contagioso entre cánidos (en Cell y comentado aquí y aquí) Estas células tumorales impedían su reconocimiento por el sistema inmunitario del receptor (a través de la interacción con los MHC). Es decir, el receptor no las detectaba como agentes extraños y, por tanto, no eran atacadas ni destruídas.

En el caso de los demonios de Tasmania parece ser que el problema es el pequeño número de individuos, lo que implica una fuerte endogamia y una pérdida de variabilidad genética (como bien apunta moz en los comentarios a este artículo en catalán). Tener poca variabilidad genética provoca que las células tumorales que se van transmitiendo tengan moléculas de membrana (sus antígenos) tan similares a los del receptor, que éste las considera suyas... y les deja hacer.

En humanos los cánceres no se transmiten (quizás de momento; esperemos que nunca) porque no han aparecido tumores con la capacidad de "burlar" el sistema inmunitario, y porque nuestra variabilidad genética es suficientemente alta como para saber qué células no son nuestras (lo que es un problema en los transplantes). ¡Para que luego digan que el mestizaje no es bueno!

Dejo una última pregunta al aire... si la variabilidad genética entre demonios es tan baja, ¿cómo responderían a transplantes de órganos?

Salva dijo...

Ups. Se me ha olvidado mencionar un magnífico artículo de Público de donde he extraído la mayor parte de la información anterior:

- Un cáncer de mil demonios, de Javier Yanes.

Anónimo dijo...

Gracias por la aclaración. Es muy interesante.