Cuando James Bond entra, perfectamente peinado, a cualquier casino o restaurante de lujo, siempre se dirige al camarero y, con sorna, se pide un martini mezclado, no agitado. Este cóctel le ayuda a combatir a cientos de malvados enemigos de Su Graciosa Majestad así como a dialogar con algunas hembras que serían capaces de secar al más viril de entre nosotros. El martini mezclado parece ser la poción mágica gala del siglo XX. En 1999, un grupo de investigadores canadienses, liderados por el Dr. J.R. Trevithick se preguntaron si era la manera de preparar el martini la que le confería al señor Bond la salud necesaria como para no despeinarse tras cualquier acción violenta o amatoria. Como resultado de esa pregunta, surgió el artículo que comentaremos a continuación (BMJ (1999) 319, 1600-2).
La frase que voy a decir es políticamente incorrecta: El consumo moderado (lo que cada uno entienda por moderado es ya su problema) de alcohol, en algunos estudios, parece reducir los riesgos de padecer enfermedades vasculares y cataratas. Esta capacidad de las bebidas alcohólicas se atribuye a las propiedades antioxidativas de sus componentes (como el propio etanol, el alcohol de la graduación de las bebidas). A las células no les gusta estar oxidadas, les afecta, y puede llegar a destruirlas. Ser antioxidativo, por tanto, es una buena propiedad. Los miembros del grupo del Dr. Trevithick quisieron analizar si la manera de preparar el martini afectaba a las propiedades antioxidativas de éste.
Creo interesante explicar cómo lo hicieron. Para ello, necesito presentaros a una vieja conocida de vuestra infancia: el agua oxigenada (H2O2). Como su nombre y fórmula indican el agua oxigenada es agua (H2O) con un oxígeno de más. Es agua oxidada. El luminol es una molécula que en presencia de agua oxigenada, brilla. Este brillo se puede medir experimentalmente. Más agua oxigenada, más brillo. Los antioxidantes antioxidan: les quitan oxígenos a las sustancias, incluida el agua oxigenada. Si a una solución de agua oxigenada le añadimos un antioxidante habrá menos agua oxigenada, y por tanto brillará menos. La pérdida de brillo es proporcional a la capacidad antioxidativa de la sustancia. Fácil, ¿no?
El martini, como cóctel, está preparado con ginebra y vermut en diferentes proporciones dependiendo de cómo se pida y quién lo prepare (consultad las variantes en inglés). En los experimentos se midió la capacidad antioxidativa de la ginebra y el vermut solos. El vermut tiene mayores propiedades antioxidantes que la ginebra, pero el martini es aún más antioxidante que el vermut solo. El todo es más que la suma de sus partes. Nunca toméis ginebra o vermut solos, pedidlos juntos. Sorprendentemente, el martini mezclado (en coctelera) tiene más poder antioxidativo que el martini agitado (con la varilla agitadora). Un martini mezclado hace brillar menos al luminol pero más a nuestros corazones. (No, no me he bebido ninguno antes de escribir esta entrada)... (ni durante)
Señor Bond, como casi siempre, tenía usted razón.
Creo interesante explicar cómo lo hicieron. Para ello, necesito presentaros a una vieja conocida de vuestra infancia: el agua oxigenada (H2O2). Como su nombre y fórmula indican el agua oxigenada es agua (H2O) con un oxígeno de más. Es agua oxidada. El luminol es una molécula que en presencia de agua oxigenada, brilla. Este brillo se puede medir experimentalmente. Más agua oxigenada, más brillo. Los antioxidantes antioxidan: les quitan oxígenos a las sustancias, incluida el agua oxigenada. Si a una solución de agua oxigenada le añadimos un antioxidante habrá menos agua oxigenada, y por tanto brillará menos. La pérdida de brillo es proporcional a la capacidad antioxidativa de la sustancia. Fácil, ¿no?
El martini, como cóctel, está preparado con ginebra y vermut en diferentes proporciones dependiendo de cómo se pida y quién lo prepare (consultad las variantes en inglés). En los experimentos se midió la capacidad antioxidativa de la ginebra y el vermut solos. El vermut tiene mayores propiedades antioxidantes que la ginebra, pero el martini es aún más antioxidante que el vermut solo. El todo es más que la suma de sus partes. Nunca toméis ginebra o vermut solos, pedidlos juntos. Sorprendentemente, el martini mezclado (en coctelera) tiene más poder antioxidativo que el martini agitado (con la varilla agitadora). Un martini mezclado hace brillar menos al luminol pero más a nuestros corazones. (No, no me he bebido ninguno antes de escribir esta entrada)... (ni durante)
Señor Bond, como casi siempre, tenía usted razón.
1 comentario:
Bien Salvador! Ahora falta el estudio del ruso blanco, del sex on the beach y del cosmopolitan. De este último haria falta un estudio sobre sus propiedades en el comportamiento femenino, habida cuenta de la clase de vida que llevan las protagonistas de Sexo en Nueva York.
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