La reproducción, un mecanismo que permite que los organismos produzcan más individuos de la misma especie, es imprescindible para garantizar la supervivencia de una especie. En la naturaleza existen dos maneras distintas de reproducción. La más antigua desde un punto de vista evolutivo es la reproducción asexual. En este tipo de reproducción, relativamente sencilla, únicamente interviene un progenitor y las crías que se obtienen son exactamente iguales al organismo del que proceden. Posteriormente, surgió la reproducción sexual, un nuevo sistema de reproducción mucho más complejo que implica a dos progenitores y dos fenómenos distintos: la formación de gametos (células sexuales) y la fecundación (la unión de dos gametos para formar un nuevo individuo).
La complejidad y el gasto energético que supone la reproducción sexual ha suscitado una de las cuestiones que más intrigan a los biólogos evolutivos: comprender por qué un sistema de reproducción tan complicado se ha visto favorecido por la evolución. Muchos grupos científicos han trabajado para dar una explicación al éxito evolutivo del sexo, sin embargo, encontrar pruebas que demuestren sus teorías es un asunto mucho más resbaladizo. Sobre este tema se ha publicado recientemente un artículo en el que se aporta una prueba experimental del modelo Fisher-Muller, una de las primeras explicaciones teóricas sobre este tema. Haciendo una simplificación (quizá un poco burda) de ese modelo podríamos decir que una de las claves del éxito evolutivo del sexo se encuentra en otro fenómeno característico de este tipo de reproducción: la recombinación. ¿En qué consiste la recombinación? Ya hemos comentado que en la reproducción sexual son necesarios dos gametos que se unirán para formar un nuevo individuo, por tanto, el nuevo individuo tendrá la mitad de su material genético de un progenitor y la otra mitad provendrá del otro. Pues bien, durante el proceso de formación de los gametos, la meiosis, se produce la recombinación genética, un mecanismo que permite que el material genético procedente del padre se «mezcle» o recombine con el de la madre. De esa manera, se obtiene una mayor variabilidad genética. La variabilidad genética tiene una enorme importancia a escala evolutiva ya que resulta imprescindible para que las especies se adapten a los cambios en el ambiente y, por lo tanto, evolucionen.
5 comentarios:
Me ha hecho mucha gracia la foto del cortejo!!!Jajaja.
¿Por qué en la mayoría de especies, si no en todas, es el macho el que realiza el cortejo? ¿Esto es algo que va ligado al macho genéticamente hablando (XY)? ¿O va más bien ligado a la masculinización del cerebro?
En el laboratorio de Gero Miesenböck, en Oxfrod, estudian el cortejo en Drosophila (la mosca del vinagre). El macho realiza una danza que incluye el movimiento de las alas (preferentemente una de las dos) y un canto harmónico. Han visto que la expresión masculina del gen fruitless en la hembra (cosa que hace que sea una hembra físicamente, pero un macho mentalmente) permite que ésta realice un baile y un canto similiares, aunque no tan perfeccionados como los del macho.
La conclusión de estos experimentos es que las hembras son capaces de realizar el cortejo igual que los machos, porque tienen los mismos circuitos y comandos para realizarlos, lo que pasa es que no los usan: utilizan otros circuitos diferentes característicos de las hembras.
Pero también hay excepciones. La tendencia cada vez se invierte más en el caso del ser humano: ellas son quienes cada vez más realizan el cortejo a los machos, porque tienen los circuitos a punto, y porque son más independientes. En cambio, los machos, a diferencia de las hembras, no tenemos los circuitos necesarios para decidir, o para rechazar, a quien nos corteja y siempre decimos que sí. Somos así de simples.
Como última frase, y para acabar, a modo de guinda, recordaré la frase de aquel fantástico filósofo..."las mujeres deciden cuándo empieza el sexo, pero el hombre decide cuándo se acaba"...
José
A tu primera pregunta, la razón básica de que el cortejo lo realice fundamentalmente el macho es que la hembra queda "fuera de la circulación" mientras gesta o cuida a las crías recién nacidas, con lo cual no quiere haber sido fecundada por un macho "de tres al cuarto", sinó por el mejor de los disponibles. ¿Cómo elegirlo? Eligiendo al mejor cortejador: los elementos asociados a un cortejo eficaz coinciden con aquellos que prometen una descendencia "de mejor calidad adaptativa". Esto sería un esbozo a grandes rasgos. Estoy convencido que el sexo en todas sus variantes va a ser un invitado frecuente en nuestro blog. Esperamos poder seguir comentando aspectos curiosos. Gracias por tu comentario, Jose.
Hola, Jose, tus comentarios siempre añaden brillo y color a nuestro blog. Una pregunta que me asalta:
Por qué el gen que hace que una hembra tenga cerebro maculino se llama fruitless? Es alguna broma sexista?
Las moscas machos mutantes para fruitless (fru) son estériles. De hecho fue así como se descubrió este gen. Resulta que los machos fru realizan el cortejo tanto a hembras como a machos (a diferencia de otras mutaciones en que los machos sólo realizan el cortejo a los machos) pero no copulan nunca con las hembras (?!). Supongo que lo de fruitless viene por el hecho de que en la fruta nunca hay larvas: 1) porque son estériles y 2) porque no se lo montan con las hembras.
Este gen se descrubió en 1963 por Gill (lo he tenido que mirar porque esto no lo sabía) y hay más genes que afectan al comportamiento sexual del macho, en lo que al cortejo se refiere, como el gen transformer, el gen double-sex, voilá, etc.
No creo que lo de fruitless se refiera a que a estos machos no les gusten las peritas o los meloncitos...
Habrán variantes de estos genes en humanos... porque en las discotecas hay personajes que por su comportamiento moscón podrían ser transformes o "double-sex"
En fin. Hoy en Público hablan de estrategias salvajes de apareamiento. Os dejo con una página recomendada por ellos: Estrategias Sexuales en la naturaleza
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