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6/10/07

¡Por un mundo más dulce!


Todos queremos vivir una vida más dulce, pero a veces, un exceso de azúcar empalaga. Y sino que se lo digan a los más de 170 millones de diabéticos que existen actualmente en el mundo. De hecho, la diabetes es la enfermedad metabólica más frecuente y para la que todavía no se conoce cura alguna. Y el problema es que el número de enfermos no deja de crecer.

Existen dos formas de esta enfermedad, la tipo 1 y la tipo 2. La tipo 1 se caracteriza por la incapacidad de producir insulina, lo que condena a sus enfermos a administrársela de manera exógena. Los pacientes de diabetes de tipo 2, mucho más frecuente que la anterior, no tienen ningún problema en la secreción de insulina (al menos en los primeros estadíos de la enfermedad). Su problema radica en que sus órganos son insensibles a esta hormona. Este fenómeno se conoce como resistencia a insulina.
¿Pero porqué es tan importante la famosa insulina? Su función en el organismo es la de permitir que los diferentes tejidos capten la glucosa que circula por la sangre, esencial para el correcto funcionamiento del organismo. Sin ella, los tejidos no pueden asimilar el azúcar que hemos ingerido y éste se acumula en la sangre hasta tal punto que puede llegar a provocar el coma.

Si los diabéticos tipo 1 han de administrarse insulina diariamente, a los de tipo 2 se les trata la resistencia a insulina con los llamados anti-diabéticos orales. Estos no solucionan el problema, pero sí alívian un poco sus síntomas.

De flickr.




Pero, pese a afectar a tantísima gente en todo el mundo, todavía desconocemos cómo evitar la aparición y el avance de esta enfermedad. Actualmente muchos grupos de investigación centran sus esfuerzos en el estudio de los mecanismos de la resistencia a insulina. Ahora, un grupo de investigadores chinos han puesto una piedra más en el conocimiento de este fenómeno. Ellos han podido relacionar la expresión de la proteína SIRT1 con un aumento en la sensibilidad de los tejidos a esta hormona.

SIRT1 es una proteína que pertenece a la familia de las sirtuinas, originalmente descritas como enzimas capaces de mejorar la longevidad en numerosas especies (Hoy, lamentablemente no me puedo permitir entrar en detalles sobre esta familia, pero prometo volver sobre ellas más adelante, porque son francamente interesantes). Por otro lado, PTP1B es un enzima que regula numerosas vías de señalización, entre ellas bloquea la acción de la insulina. De manera que un ligero aumento de PTP1B es suficiente para causar resistencia a la insulina en ratones. Si pudiéramos bloquear, aunque fuera en parte, este enzima, disminuiríamos la resistencia a insulina. Ahora, este grupo de investigación ha publicado un artículo en el que demuestran que SIRT1 es capaz de reprimir la expresión del enzima PTP1B, lo que lleva a una notable mejoría en los animales que presentaban resistencia a insulina.

Desde luego, estos resultados no solucionan el problema de la diabetes tipo 2, pero sí nos acercan un poquito más hacia un posible tratamiento.

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