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13/11/07

La Propina de las Strippers

De todos es conocida la debilidad del género masculino (el heterosexual al menos) por las señoritas ligeras de ropa (cuando todavía llevan alguna) bailando sobre una tarima y generalmente orbitando alrededor de una barra de metal que llega al techo.

Pues debéis saber que a nosotros, esforzados científicos, el cruel destino también nos obliga a veces a acudir a estos lugares en busca de respuestas. Tal ha sido el caso de Geoffrey Miller y sus colaboradores que idearon un estudio publicado en Evolution and Human Behavior (Vol 28, Iss 6, pags 375-381) para el cual recopilaron los datos facilitados por 18 bailarinas de striptease... ¿Podéis imaginar para qué?

No, no os habéis equivocado de blog, aquí seguimos hablando de ciencia. Lo que pasa es que, a veces, la creatividad en el diseño de experimentos es la clave para poder presentar resultados innovadores. El experimento de Miller y su grupo se enmarca en la búsqueda de respuesta a una pregunta: ¿Sigue existiendo el estro en la especie humana? El estro se define como un aumento de la receptividad, selectividad y atractivo sexuales que se da en las hembras de mamífero, coincidiendo con su momento de mayor fertilidad. Para muchos autores, el estro ha desaparecido o permanece enmascarado en la especie humana, porque la necesidad de parejas estables para cuidar a las crías lo convirtió en algo evolutivamente inconveniente.


De Flickr

No obstante, para estudiar si aún existe, el planteamiento fue el siguiente: A cada una de las strippers voluntaria se le pidieron datos exhaustivos sobre sus ciclos menstruales y otras cuestiones relacionadas (uso de anticonceptivos hormonales, etc). A continuación, y durante 60 días, las bailarinas facilitaron diariamente la información concerniente a su momento del ciclo, y, entre otros datos... la cifra de propinas que había conseguido ese día.

Pues bien, a pesar de que aún hay mucho que hablar sobre el tema, los resultados muestran que las mayores propinas se daban en la fase ovulatoria de las bailarinas (momento fertil), eran considerablemente más bajas en la fase lútea, y mucho más bajas en la fase de menstruación. Por el contrario, estas oscilaciones no se produjeron en aquellas bailarinas que usaban anticonceptivos hormonales. De alguna forma, la atracción de los hombres se veía modificada por la fase del ciclo que la mujer atravesaba.

¿Es esta la prueba de la existencia del estro en el ser humano? A pesar de que los datos puden parecer reveladores, es obvio que cualquier investigación debe profundizarse y hacerse de forma mucho más extensa.

Lo cual quiere decir que, desgraciadamente, nuestros pobres colegas probablemente van a verse obligados a continuar recogiendo información en más clubs de striptease, los pobres...

3 comentarios:

Elena Garrido dijo...

¡Que genial! XD
Ya me imagino a los científicos diciendo en casa: "querida, no me esperes levantada que me tengo que ir a hacer un experimento, si encuentras algo raro en mi ropa no te extrañes..."

Por cierto, que yo este domingo cuelgo algo sobre un tema que puede estar algo relacionado...

Elena Garrido dijo...

Ahora en serio, ¿qué decía el artículo sobre la cantidad de propinas que recibían las stripers que tomaban anticonceptivos?
¿Encontraron alguna disminución significativa de las propinas cuando tomaban o no tomaban anticonceptivos?
¿Y a qué atribuían a que durante la menstruación recibieran menos, a que estaban menos finas y más vagas?
¿Los efectos observados se debían a que las mujeres en estado fértil "se lo curraban más" o es que los hombres inconscientemente percibían cuándo la mujer estaba fértil?

Quim ADSADN dijo...

Como dijo Jack el Destripador... vayamos por partes...
Según los señores estudiosos, las propinas de las bailarinas que tomaban anticonceptivos (hormonales) se mantenían estables, lo cual sería consistente con la idea que el anticonceptivo hormonal simula una especie de "embarazo".
Atribuían las menores propinas en la menstruación a que ése es el momento de menor "interés sexual instintivo" de los machos.
Y, finalmente, la última pregunta puede unirse a muchas otras que hacen que un estudio sobre 18 bailarinas de New Mexico sea interesante como preliminar, pero que aún quedan quilómetros de tela para cortar... (durante la menstruación las bailarinas iban más al baño y recogían menos propinas? Se sentían menos en forma para emplearse a fondo? estanban de tan mala leche que falseaban los datos de propinas para jorobar a científicos listillos? XD )