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7/11/07

Los cannabinoides y la enfermedad de Alzheimer

La enfermedad de Alzheimer es un trastorno que afecta al sistema nervioso. Provoca una pérdida neuronal progresiva y crónica que acaba alterando profundamente las capacidades cognitivas de los individuos que la padecen. Afecta fundamentalmente a personas de edad avanzada, por ese motivo se está convirtiendo en un problema sanitario emergente en las sociedades del primer mundo. La mayor parte de los casos son de etiología desconocida, es decir, se no se conoce con exactitud por qué se desencadena la enfermedad.

Uno de los rasgos más característicos de la enfermedad es la aparición de los denominados ovillos neurofibrilares. Esta característica de la enfermedad fue descrita por primera vez en 1906 por los investigadores Fuller y Alzheimer. La formación de los ovillos neurofibrilares, provocada por la hiperfosforilación (adición excesiva de grupos fosfato) de una proteína denominada tau, altera el proceso de comunicación entre las neuronas alterando el funcionamiento normal del cerebro.
Otra característica de la enfermedad es la aparición de las placas seniles en el cerebro de los afectados. Las placas seniles son depósitos extracelulares de una proteína denominada ß-amiloide que se acumula de forma masiva provocando la muerte de las neuronas. Las regiones del cerebro que son más vulnerables a la acumulación de las placas seniles son el hipocampo, el córtex cerebral y la amígdala (la amígdala del cerebro no tiene nada que ver con las amígdalas que se nos inflaman en el cuello cuando tenemos anginas). Esas regiones están implicadas en la memoria y en las emociones de los individuos, de ahí que su alteración provoque la pérdida de memoria y las alteraciones del comportamiento tan comunes en los enfermos de Alzheimer. Además, parece ser que la inflamación y el estrés oxidativo también están implicados en el desarrollo de la enfermedad.
Actualmente existen algunos fármacos que ayudan a mejorar el deterioro cognitivo de los pacientes, pero únicamente son eficaces durante las primeras fases de desarrollo de la enfermedad. Desgraciadamente, no existe ningún tratamiento que sea capaz de detener su progresión.

(De Flickr)

Para sorpresa de muchos y alegría de algunos, existen diversos estudios en la literatura científica que relacionan al cannabis con un posible efecto neuroprotector en individuos con Alzheimer. En un artículo publicado recientemente en el British Journal of Pharmacology se hace una revisión de todo lo que se conoce hasta ahora sobre la relación entre la enfermedad de Alzheimer y el sistema cannabinoide. Pero, ¿qué es el sistema cannabinoide? En nuestro cerebro existe un sistema de señalización mediado por unas sustancias denominadas cannabinoides endógenos. Es decir, existen unos receptores en las membranas celulares de las neuronas que al unirse a unas sustancias de estructura similar al principio activo del cannabis, el Δ9-tetrahidrocannabinol (THC), desencadenan una serie de respuestas. Nuestro cerebro produce de forma natural esos cannabinoides endógenos para regular ciertos procesos fisiológicos normales de nuestro cerebro.
Pues bien, el sistema cannabinoide se encuentra alterado en los individuos aquejados de Alzheimer. Algunos estudios han demostrado que la estimulación del sistema cannabinoide puede revertir la neurotoxicidad provocada por la acumulación de ß-amiloide y la pérdida de memoria asociada. Incluso hay otro estudio que demuestra que el THC es capaz de mejorar las alteraciones del comportamiento, estimular el apetito y disminuir la agitación nocturna de estos enfermos. Por tanto, parece ser que los cannabinoides tienen un efecto neuroprotector.
No obstante, una vez dada esta información merece la pena hacer una aclaración para evitar que los consumidores lúdicos de cannabis la malinterpreten. El hecho de que el cannabis ejerza un efecto beneficioso sobre los enfermos de Alzheimer, no implica que sea bueno para una persona sin alteraciones neurológicas. Un cerebro sano produce la cantidad de cannabinoides endógenos que necesita, ni más ni menos. La sobreestimulación que le produce una fuente exógena de cannabinoides (por ejemplo, un porro) siempre es nociva porque provoca un desequilibrio del sistema cannabinoide evitando, así, que cumpla con sus funciones normales.

1 comentario:

Wako dijo...

La enfermedad de Alzheimer (EA) se caracteriza por la presencia de placas seniles extracelulares (SP) y por ovillos neurofibrilares intracelulares en el cerebro. El componente proteico principal de las SP es el péptido β amiloide (Aβ) 40 y 42(43). El Aβ42 es más propenso a agregarse que el Aβ40. Por lo tanto, el depósito inicial de Aβ comienza con placas de Aβ42(43), pero no contiene Aβ40. . Las placas en cuya composición se detecta el Aβ42(43) pero no el Aβ40 – pueden representar las etapas iniciales del tipo difuso de las SP y la placa de Aβ40aparece en la etapa avanzada, particularmente con más frecuencia en la parte medular de la placa madura.