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7/12/07

¡¿Fármaco…qué?!

Far-ma-co-ge-né-ti-ca…y ¿eso qué es?

Uno de los problemas a los que se enfrenta la comunidad científica es la dificultad que supone para un experto explicar a un simple mortal qué es lo que está haciendo, para qué sirven sus avances y, sobretodo, qué impacto real tendrán sobre la sociedad. Y claro, utilizando palabras como farmacogenética, la cosa se vuelve aún más complicada.

La farmacogenética «sencillamente» estudia la influencia que ejercen los genes sobre la respuesta que cada individuo presenta a los fármacos. Dicho así, creo que suena un poco más sencillo. En general, estamos acostumbrados a ir al médico y que nos recete un medicamento y su correspondiente dosis (por ejemplo, una pastilla cada ocho horas) tan solo conociendo nuestros datos demográficos como la edad, el sexo y el peso. ¿Qué pasaría si a partir de ahora, antes de recetarnos algo, nuestro médico tuviera que hacernos un análisis genético? Pues aunque suene a ciencia ficción, conocer el perfil genético del individuo puede ser una ayuda muy valiosa para prescribir la dosis y el fármaco más adecuados para esa persona.
(De Flickr)
Pero, ¿por qué es importante conocer el perfil genético de un individuo para recetar un medicamento? ¿Qué influencia tienen los genes sobre los fármacos que tomamos? Antes de contestar a esa pregunta, primero explicaré brevemente qué sucede con un fármaco en el interior de nuestro organismo cuando nos lo tomamos. Para eso introduciré el concepto ADME. ADME es un término utilizado en farmacocinética y se refiere a todos los procesos que se producen en nuestro organismo relacionados con la Absorción, la Distribución, el Metabolismo y la Excreción de una sustancia. Por ejemplo, cuando tomamos un fármaco por vía oral, nuestro intestino se encargará de absorberlo para que entre en la circulación sanguínea y se distribuya por todo el cuerpo. Además, nuestro organismo tiene la capacidad de metabolizar esas sustancias transformándolas, por ejemplo, en sustancias inactivas y órganos como el riñón se encargan de excretarlas, es decir, expulsarlas de nuestro organismo.

Pues bien, los individuos presentamos variaciones genéticas que pueden afectar a nuestra capacidad de absorción, distribución, metabolismo y excreción de las diferentes sustancias. Esas variaciones pueden estar, por ejemplo, en genes que codifican enzimas metabolizadoras y transportadores, afectando la cinética de numerosos fármacos. Por tanto, es posible que dos individuos tomen la misma dosis de un fármaco, pero uno lo elimine muy rápido y no note el efecto terapéutico y al otro le ocurra lo contrario. Estas diferencias tienen mucha importancia en fármacos que tienen un rango terapéutico muy estrecho. Es decir, aquellas sustancias en las que hay muy poca diferencia entre la dosis que ejerce un efecto tóxico y la dosis que presenta el efecto terapéutico beneficioso.

Os cuento todo esto a raíz de un artículo publicado en el Molecular Psychiatry en el que se revisan todos los conocimientos actuales sobre farmacogenética en el campo de los fármacos psiquiátricos. En el caso de los medicamentos con efecto antipsicótico ya se sabe que las diferencias existentes en el gen de un citocromo determinan variaciones en la capacidad metabolizadora de los individuos. Los citocromos P450 son una familia de enzimas que desempeñan un papel muy importante en el metabolismo, en especial, en la transformación de los fármacos. Así, en función de qué gen del citocromo poseas serás un metabolizador lento, intermedio, rápido o ultrarrápido. A mayor velocidad de metabolización, más dosis del fármaco se necesita para obtener el mismo efecto terapéutico.

Evidentemente, el caso del citocromo no es más que un ejemplo, existen múltiples genes y por tanto proteínas que implican diferencias en el ADME de un fármaco. No obstante, y a pesar de que el concepto de farmacogenética ya se definió en los años 50, todavía estamos lejos de que este tipo de análisis genético se utilice de forma habitual a la hora de prescribir un medicamento. Pero lo que está claro es que cada vez resulta más evidente la importancia de conseguir tratamientos farmacológicos personalizados. Claro que con los cinco minutos que tienen los médicos de la seguridad social para atender a cada paciente, no sé yo…eso sí es ciencia ficción.

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