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17/12/07

¿Niño o niña?

Cuando una pareja anuncia que espera un hijo, una de las primeras preguntas que se les hace es: ¿niño o niña? Aun cuando es un tema en el que por el momento no podemos influir (a no ser que la concepción haya sido in vitro, y sólo en caso de enfermedades ligadas al sexo), muchos padres tienen fuertes preferencias por uno u otro sexo, y esto es un tema especialmente grave en algunos países como en China, donde se practican abortos o abandonos selectivos.


(de flickr)

La pregunta es: aun cuando en un embarazo natural nosotros no podemos influir, ¿hay algún factor que determine la proporción de niños y niñas que nacen? Esta pregunta está muy relacionada con la evolución del sexo, y hay varias hipótesis que intentan responderla. Un grupo de ellas son las hipótesis adaptativas, que afirman que la proporción de sexos está influenciada por las condiciones ambientales. A la luz de la genética y la evolución no es lo mismo tener hijos que tener hijas: y es que parece que los machos buscan la cantidad (muchos hijos, poca atención a cada hijo) mientras que las hembras apuestan por la calidad (pocos hijos, pero mucha atención a cada uno). Así pues, lo que proponen estas hipótesis es que, en épocas de abundancia, las madres estarán interesadas en tener hijos, mientras que en épocas de escasez es más seguro invertir en hijas. Este proceso, evidentemente inconsciente, ocurriría porque, cuando hay muchos recursos, los hijos aseguran mucha descendencia que, además, no tendrá problemas por ser alimentada. En cambio, en épocas de escasez es mejor tener hijas, puesto que a su vez éstas tendrán pocos hijos pero mirarán mucho por ellos y se preocuparán de alimentarlos todo lo bien que puedan.

Las hipótesis deben comprobarse, y por ello un equipo de investigadores ha hecho una serie de experimentos con ratones. En estos experimentos han criado separadamente machos y hembras. Posteriormente los han juntado durante tres días, pero en este momento se les ha puesto o no un inhibidor de la cantidad de glucosa (azúcar) en sangre en el agua. Así, a través de la cantidad de glucosa circulando por el cuerpo de los ratones ha podido simular épocas de escasez o abundancia de recursos. Los resultados observados son que, en ausencia de este inhibidor, el número de hijos y hijas era el mismo, mientras que cuando el inhibidor estaba presente aumentaba la proporción de hijas.

¿Podría ocurrir el mismo en el caso de los humanos? Pues quizás sí. Ahora bien, no aconsejo a nadie un empacho de caramelos al decidir ponerse a tener un hijo para elegir su sexo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Puede ser intuición femenina pero me da a mí la impresión de que lo que deben estar encontrando es que, a menor cantidad de glucosa (la gasolina de los espermatozoides, al fin y la cabo)más posibilidades de tener niñas debido a que todos los espermatozoides van pisando huevos, y no acaba fecundando el oocito alguno de los más veloces.
Sería una manera de hermanar la teoría más "clásica" (la de que los espermatozoides portadores de X son más lentos al ser más pesados pero quizás sean algo más longevos y que los espermatozoides Y son los más rápidos) con el aporte de glucosa del que pueden disponer los espermatozoides.
Más que nada porque parece estar claro que la voluntad de los progenitores no interviene (mal que les pese a muchos...)