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4/10/07

Dando cuerda a las bacterias...

Para todos es clara la sensación de que nuestro funcionamiento está acoplado a la alternancia entre día y noche, e incluso a la de las estaciones. Parece fácil para cualquier criatura con sistema nervioso adaptar sus actividades y comportamientos a los momentos del día más adecuados para llevarlos a cabo... Pero, ¿qué tal si alguien os dijera que existen sistemas similares operando en bacterias? Suena raro, ¿no? Pues existen.

Evidentemente, tenemos que olvidar la noción de “voluntad” que rige en nuestras actividades, y trasladarnos a un universo mucho más desconocido: la biología molecular.

En un reciente artículo de la revista Trends in Microbiology (Volume 15, Issue 9pp. 381-434 (September 2007)), Shannon R. Mackey y Susan S. Golden arrojan algo de luz sobre los mecanismos mediante los cuales una “simple” cianobacteria (Synechococcus elongatus) acopla sus funciones vitales a ciclos de aproximadamente 24 horas (lo que se denominan ritmos circadianos), consiguiendo así que cada función se realice en el momento adecuado. Este “contador” de 24 horas ya es en sí un gran logro, pero no es todo. Por un lado, resultaría sumamente fácil que cualquier pequeña alteración perturbase el funcionamiento de este reloj molecular, acumulando constantes errores que resultarían en un grave desajuste. Por otro lado, la longitud de los periodos de luz y oscuridad varía según las estaciones... Por ese motivo, existe también todo un sistema para detectar señales que son utilizadas para “ponerse en hora”.

(De Flickr)

¿Cuál es la clave de este reloj? En su raíz se encuentra, como no, la luz. Ella es la que activa la expresión de determinados genes. Estos genes codifican proteínas que, una vez sintetizadas, desempeñan las funciones que corresponden al momento “luz” y/o inhiben las funciones que corresponden al momento “oscuridad”. El resultado de este complejo equilibrio es que la célula funciona en periodos de aproximadamente 24h, acopladas con bastante exactitud a la duración de los períodos de luz/oscuridad de cada época del año.

Los suizos habrán inventado Ricola, pero parece que los relojes los inventaron las bacterias!!!

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