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10/10/07

Todos a la cama

La presión arterial disminuye, la frecuencia cardiaca se vuelve más lenta, aumenta el flujo sanguíneo hacia nuestro cerebro y disminuye el tono de nuestros vasos sanguíneos. ¿Nuestro organismo está sufriendo algún tipo de crisis? No, sencillamente nos estamos quedando dormidos.

Durante siglos, el hombre se ha preguntado sobre la función del sueño. Se han planteado diferentes hipótesis, pero todavía no hay una respuesta clara sobre su significado fisiológico. No obstante, ya se ha dejado atrás la época en la que se consideraba este fenómeno como algo pasivo y se le considera un estado fruto de acciones positivas. Es decir, durante el sueño perdemos el contacto con nuestro entorno, pero eso no quiere decir que en nuestro cerebro no esté pasando nada. De hecho, se suceden una serie de fases o estadios de forma cíclica que son imprescindibles para que nos despertemos con la sensación de estar descansados.

La sucesión de los estados de vigilia y sueño (con todas sus fases) durante las 24 horas del día es lo que se conoce como ritmo circadiano y es imprescindible que ese patrón no se vea alterado para garantizar un correcto funcionamiento de nuestro organismo y, en especial, de nuestras capacidades cognitivas.

En resumen, si no dormimos bien nuestro cerebro tiene dificultades para realizar sus tareas cotidianas como aprender cosas nuevas o analizar la información que recibimos del entorno.

La pauta de sueño varía con los años, es normal que los bebés duerman unas 16 horas diarias y las personas de edad avanzada solo 6 (de Flickr).

La alteración de los ciclos de sueño y vigilia es uno de los problemas que presentan muchas enfermedades neurodegenerativas. La incapacidad que presentan los individuos aquejados por estas enfermedades para mantener un patrón normal de sueño y vigilia provoca el agravamiento de los síntomas relacionados con la pérdida de capacidades cognitivas. Por ese motivo, un grupo de investigadores del Reino Unido han realizado un estudio en el que analizan si la inducción con fármacos de una pauta de sueño normal puede resultar beneficiosa para tratar ese tipo de enfermedades. Para realizar este estudio han utilizado unos ratones transgénicos que presentan una mutación que provoca la enfermedad de Huntington, una enfermedad neurodegenerativa hereditaria que también aparece en la especie humana. Lo que hicieron fundamentalmente fue tratar a los ratones con un fármaco que tiene efectos somníferos para restaurar una pauta de sueño normal. Gracias a ese tratamiento los investigadores observaron que la capacidad de los ratones para realizar una serie de ejercicios relacionados con su capacidad de aprendizaje había mejorado.

Por tanto, este estudio abre una posible vía de tratamiento que podría mejorar el estado cognitivo de pacientes con enfermedades neurodegenerativas. No obstante, todavía se plantean algunas incógnitas dado que la utilización prolongada de ese tipo de fármacos puede acarrear otro tipo de problemas. Sea como sea, es otra evidencia más que demuestra que respetar los ciclos de sueño y vigilia es muy importante para mantener nuestro cerebro sano y activo. Intentaré recordar eso cada vez que suene mi despertador por la mañana.

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