Buscar en ADSADN Buscar en Google

1/10/07

La historia en los huesos

Georgia es un pequeño país situado cerca del mar Negro, a caballo entre Europa y Asia, que se encuentra entre Rusia, Turquía, Armenia y Adzerbadjan. Su capital, Tbilisi, cruzada por el río Mtkvari, fue fundada en el siglo V y acoge a más de un millón de habitantes. Lo que fascina a los antropólogos, sin embargo, no son los espectaculares paisajes de este país ni los castillos medievales que salpican el territorio, sino un yacimiento arqueológico situado a unos 90 kilómetros al sur de Tbilisi: Dmanisi.

Iglesia y castillo del pueblo de Dmanisi
Imagen de Flickr

Dmanisi empezó a ser excavado el año 1936, pero no fue hasta 1984 que se encontraron las primeras herramientas de piedra primitivas y empezó a despertar el creciente interés que tiene hoy en día. Desde entonces se han recuperado también numerosos restos humanos que se han fechado en 1.77 millones de años de antigüedad, es decir, que pertenecen al final del periodo geológico conocido como Plio-Pleistoceno, que va desde hace 2.5 millones de años hasta hace 1.5 millones de años.

El análisis de los restos encuentros hasta el momento en Dmanisi sugiere que los individuos presentes en este yacimiento pertenecían a una especie intermedia entre el Homo habilis y el Homo erectus, y por lo tanto la nombraron Homo georgicus. Comprender el árbol evolutivo humano es un tema muy complejo, ya que no disponemos de un registro continuo de restos humanos, sino sólo de pequeñas instantáneas de algunos momentos de nuestro pasado que, además, no se encuentran distribuidas uniformemente por el territorio. Así pues, lo único que podemos hacer cuando nos encontramos con restos tan antiguos es observarlos y deducir, a través de sus características, a quién pertenecieron. Así, vamos generando "casillas" con su etiqueta Homo donde podemos meter los diferentes restos óseos. Por ejemplo una manera de hacerlo es, si obtenemos un cráneo, medir (o en muchos casos reconstruir) la capacidad craneal que tenía este individuo. Así, consideramos que los Homo Habilis tenían una capacidad craneal de entre 600 y 700 centímetros cúbicos, mientras que al Homo Erectus le atribuimos entre 850 y 1000 cc (por qué os hagáis a la idea, nosotros tenemos una capacidad craneal media de 1350 cc).

Esta semana ha aparecido en Nature un nuevo artículo donde analizan los últimos restos óseos que se han encontrado, que se cree que pertenecen a tres adultos y un adolescente. Entre estos restos se cuentan un cráneo, del individuo adolescente, y diversos huesos de las piernas y los brazos de los individuos adultos, entre ellos un fémur, una tibia y una rótula que constituyen la extremidad inferior de un Homo temprano más completa que se ha encontrado. Midiendo la longitud de los huesos de las extremidades se ha calculado que los individuos de este yacimiento medían entre 1,45 y 1,66 metros de altura, pesaban entre 40 y 50 kilos y tenían una capacidad craneal de entre 600 y 775 cc, es decir, en algunos casos un poco más que el Homo Habilis pero menos que el Homo erectus. En conjunto, el estudio de estos restos ha mostrado que los homínidos de este yacimiento tenían una mezcla de caracteres primitivos, tales como el tamaño pequeño o la baja capacidad craneal, y de caracteres derivados (lo que podríamos nombrar mejoras evolutivas) tales como proporciones corporales como las nuestras y unos huesos de las piernas adaptados para andar largas distancias.

Así pues, ahora sabemos que los primeros homínidos que encontramos fuera de África tenían características más primitivas que los Homo erectus africanos. Quizás por sí solo no parece un descubrimiento muy significativo, pero es una pieza más del gran puzzle de nuestra evolución que nos permitirá entender un poco mejor la historia de nuestros antepasados.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Me fascina cómo algunas personas son capaces de mirar un trozo de hueso plano y deducir de qué parte del cráneo se trata, qué forma y capacidad tiene ese cráneo y un montón más de caracteres que a las personas más simples nos parecen imposible de determinar. No querría tener a uno de estos analistas cerca de mí: si con un trozo de hueso saben tantas cosas, viendo al indiciduo entero ni te cuento.

Me gustaría hacer un comentario acerca de la extrapolación capacidad craneal-carácter evolucionado. Si no recuerdo mal, y esto lo digo de memoria, el Homo Sapiens neanderthalensis (Hsn) y el Homo sapiens sapiens (Hss)(hay controversia sobre si los neandertales eran H. sapiens o si se trataba de una especie H. neanderthalensis) fueron contemporáneos, pero se considera que el Hss apareció más tarde en la evolución que el Hsn. Pese a ello, la capacidad craneal del Hsn era mayor que nuestra capacidad actual, porque tenían una cabeza muy grande, que podían sujetar gracias a la gran musculatura que tenían. Es decir, si tomamos la capacidad craneal como un indicador de evolución, los neandertales serían más "modernos", más evolucionados que nosotros, y no es así, sobretodo porque no quedan neandertales estrictamente hablando (de hecho, Fernando Alonso tiene cabeza para dos cuerpos, pero eso no le hace ni un neandertal ni un H. sapiens superior, aunque esté más cerca del primero...).

Anna dijo...

En la primera parte estoy de acuerdo, aun recuerdo con horror las prácticas de antropología de identificar cráneos! Excepto los de chimpanzé, los otros me parecían todos iguales, y eso que los tenía enteritos!

Respecto al tema extrapolación capacidad craneal-carácter evolucionado. En primer lugar, es cierto que neandertales y sapiens convivieron durante un tiempo, pero que los sapiens tienen un origen posterior. En segundo lugar, como dices muy bien una capacidad craneal mayor no indica que se esté más evolucionado (de hecho, la misma expresión "más evolucionado" me pone los pelos de punta, pero este es otro tema). Creo que aquí el problema ha sido mi definición de carácter derivado, en la que ya intenté evitar el término "Más evolucionado", sobretodo por contraposición a primitivo. En ningún cas he pretendido (ni en el estudio pretenden) decir que una mayor capacidad craneal indique una mayor "evolución". Lo que sí es evidente es que desde la separación humano-chimpanzé ha habido cambios morfológicos en el linaje humano (de hecho en ambos, pero ahora hablamos de humanos). En este contexto, cuando se descubren restos óseos como estos de un determinado período hablamos de carácteres primitivos al referirnos a las características que ya se presentaban antes y derivados a características que se acercan más a lo que encontraremos en homínidos posteriores.

Respecto a Alonso... cerraré la boca bien fuerte para no se me escape darte la razón y ampliar la crítica, que aquí no debo ;P