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17/10/07

Los secretos del té

Cuenta la leyenda que el té fue descubierto en China en el año 2500 a.C. por el emperador Sheng Nung. Parece ser que este emperador era bastante escrupuloso y tenía por costumbre hervir el agua que bebía. Un día que se encontraba descansando bajo un árbol, el viento hizo que unas extrañas hojas cayeran en el agua que sus súbditos hervían para él. Lleno de curiosidad decidió probar esa agua que se había tornado algo oscura. Así nació la infusión de té. Posteriormente, la costumbre china de beber té fue exportada a casi todos los rincones del mundo. En Japón se hizo tan popular que se convirtió en el eje central de un ritual social y estético conocido como la ceremonia del té. Y ¿quién no ha oído hablar del famoso té que todos los británicos toman a las cinco de la tarde?

Pero, ¿qué secretos esconde este brebaje que se consume desde hace más de 4000 años? Supongo que todo el mundo habrá oído hablar de la teína. La teína es, en realidad, lo mismo que la cafeína y es una sustancia de tipo alcaloide que resulta estimulante. Pero no es de la teína de lo que os quería hablar. He querido nombrar ese compuesto para que no se confunda con otra sustancia mucho más interesante que se encuentra en el té: la teanina.


De flickr

La teanina es un aminoácido que presenta una propiedad muy inusual: es capaz de atravesar la barrera hematoencefálica. La barrera hematoencefálica es un sistema de protección que tiene nuestro sistema nervioso para evitar que sustancias que puedan ser tóxicas entren en contacto con las neuronas y las dañen. El hecho de que la teanina sea capaz de atravesar esa barrera no parece ser peligroso ni nocivo, sino todo lo contrario. O al menos eso es lo que demostraron un grupo de investigadores japoneses en un estudio. Según ese trabajo que se realizó en jerbos, la teanina fue capaz de prevenir la muerte neuronal de una región del cerebro de los animales tras un episodio de isquemia. La isquemia es la falta de riego sanguíneo en una zona concreta del organismo que suele tener efectos negativos debido a la falta de oxígeno.

No obstante, la curiosidad de estos investigadores por este compuesto no acaba ahí y han continuado trabajando para intentar esclarecer cuales son los mecanismos implicados en el efecto neuroprotector de la teanina. En otro artículo publicado recientemente en su versión electrónica relacionan el efecto neuroprotector de la teanina con los receptores del ácido gamma aminobutírico (GABA), un neurotransmisor del sistema nervioso central. En este estudio observaron que los efectos neuroprotectores de la teanina frente a la isquemia se revertían cuando se administraba junto con una sustancia capaz de bloquear los receptores GABA. Este hecho indica que esos receptores seguramente están implicados en el efecto neuroprotector de la teanina aunque el mecanismo exacto todavía no está claro.

Desgraciadamente, los efectos de la teanina únicamente se observaron cuando ésta se administró antes de producirse el episodio de isquemia. Cuando se administró posteriormente no se observó ningún efecto beneficioso sobre la muerte neuronal.

Si es que ya lo decían nuestras abuelas, más vale prevenir que curar. No sé vosotros, pero yo me voy a tomar un té aunque no sean las cinco.

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