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31/10/07

Los priones (II)

Las enfermedades causadas por priones (véase la entrada Priones) pueden tener un origen genético debido a mutaciones en el gen PrP. Pero, también son infecciosas, es decir, pueden transmitirse entre individuos únicamente por entrar en contacto unos con otros. Es el caso del kuru, una enfermedad que aparecía con mucha frecuencia en poblaciones aborígenes de Nueva Guinea debido a prácticas de canibalismo. En estas sociedades era costumbre comerse a los familiares una vez muertos. Cuando un individuo moría a causa del kuru, muchos miembros de su familia también enfermaban por ingerir tejidos que contenían la proteína PrP anómala. Desde que se prohibieron esas prácticas en el año 1950, no han vuelto a aparecer casos de kuru en esas poblaciones.

Sin embargo, ¿qué causó la epidemia de encefalopatía espongiforme bovina del Reino Unido en los 90? Es evidente que las vacas no se comían entre ellas, entonces, ¿por qué aparecieron tantos casos de esa enfermedad? Tal como comentábamos en la entrada Priones (I), está demostrado que la proteína PrP celular se encuentra en muchas especies de mamífero. Esta característica es la que permite que las enfermedades priónicas puedan transmitirse entre individuos de distintas especies. Es decir, la proteína PrP de un animal afectado podría infectar a un animal de otra especie provocando la alteración de su PrP celular. Parece ser que es lo que ocurrió en el caso de la encefalopatía espongiforme bovina. Las vacas enfermaron por ingerir piensos que estaban fabricados con restos de ovejas y cabras afectadas por el escrapie.
Sin embargo, a pesar de estar demostrado que la transmisión de las enfermedades priónicas puede darse entre especies, muchos estudios demuestran que existe una barrera que limita ese fenómeno. Esta barrera interespecífica, si bien no impide la transmisión entre especies, sí supone un incremento en el tiempo de incubación de la enfermedad, es decir, la enfermedad tarda más en aparecer después de la infección.

La cuestión entonces es la siguiente: ¿qué determina la existencia de esa barrera interespecífica? La mayoría de las investigaciones que se han hecho en esa dirección indican que se trata de diferencias en la estructura primaria de la proteína, es decir, variaciones en la cadena de aminoácidos. Aunque muchas especies de mamífero tienen la proteína PrP, éstas no son idénticas, existen pequeñas diferencias en los aminoácidos que las componen. Según apuntan algunos estudios, esas diferencias en la cadena de aminoácidos pueden provocar que la PrP anómala necesite más tiempo para conseguir alterar la conformación de la PrP celular de la otra especie.

Sin embargo, un grupo de investigadores de Estados Unidos no están de acuerdo con esta visión y recientemente han publicado un artículo en el que demuestran que las proteínas PrP anómalas de hámster son capaces de provocar la transformación de proteínas PrP celulares de ratón y viceversa, a pesar de las diferencias en la estructura primaria. Sus experimentos no se realizaron en el interior de células, sino que únicamente utilizaron las proteínas purificadas para ver como se comportaban in vitro, es decir, fuera de un ambiente celular. A partir de los resultados de su estudio, los autores sugieren que las variaciones en la cadena de aminoácidos de las proteínas priónicas no son suficientes para explicar esa barrera interespecífica y que otros factores como algunas limitaciones en la estructura tridimensional de la proteína, su estado de glucosilación o incluso algunos factores internos de las célula afectadas podrían estar implicados en ese fenómeno.

Todavía estamos lejos de comprender todos los mecanismos implicados en el desarrollo de estas enfermedades. No obstante, como suele ocurrir siempre con los enigmas científicos, la acumulación de pequeñas evidencias irá conformando poco a poco la respuesta a todas nuestras preguntas. Solo necesitaremos que alguien tenga la capacidad de integrar toda esa información en una respuesta única y global. Esa persona seguramente recibirá el Nobel.
Continúa en Priones III

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